jueves, 23 de enero de 2014

Introspección y dualidad

Son las veintidós horas con cuarenta y tres minutos, especificar los segundos ya me queda muy jodido, y estoy aquí, sentada sobre dudas y cobijada en la nostalgia. A mi izquierda, un pocillo de tinto el cual emana vapor, con mi mano derecha lo sostengo, y con mi índice izquierdo recorro y exploro la geografía del borde de la misma luego lo acerco a mis labios y lo poso allí, y allí yace unos cuantos segundo. También lo observo fijamente, su vapor, su color y veo el reflejo de mis lentes en el y lo escudriño como si del café fueran a supurar las respuestas o las palabras que necesito en este momento.

Hay días, tan duros, tan duros tan duros que simplemente se cargan suave, hay días en los que se cuestiona el porque caminar o el para qué, hay días que no son nada y lo representan todo, son días como estos, que más que grises son azules y más que turbios son inertes y allí me encuentro, con una cabeza serena que busca estallar y me cuestiono todo, hasta este mismo acto de intentar escribir, ¿Para que hacerlo? Si mi léxico es infinitamente limitado y sórdido como para siquiera por lo menos esbozar un poco de esto que vivo, de esto que me mata pero que me recuerda que amo y estoy viva, no prometo nada, no prometo un elaborado escrito con líricas agradables, no prometo palabras lindas y menos puedo prometer que será fácil de leer o entendible; No quiero ser egoísta, pero escribo por mí primeramente, porque aún no hallo forma de hablar y verbalizar ciertas premisas, por que mi lengua me pesa y me envenena a veces.

Miro mi presente y sonrío, soy muy joven pienso a veces… No me angustio en mirar el futuro, tengo algo trazado pero igual mi sendero lo armo al caminar, aunque sé que Dios lo va amansando y eso me quita una gran carga entre tanto, pero yo me pregunto ¿Por qué? Por que no es fácil cerrar los ojos y deambular como un fantasma perdido, yo me pregunto ¿Por qué cargo pesos que los adultos no han querido cargar? ¿Por que me siento incómoda en ciertos lugares?, lugares tan perfectamente hechos, con sustantivos en cada pizca de cemento, pero en cada pizca también se encuentra la ausencia de verbos, ¿Por qué lo tienen todo y nada nunca lo han pagado? ¡No me mal interpreten ni me pinten de ningún pigmento! Que yo sé que tener no es sinónimo de maldad, pero ellos no han tenido que invertir lágrimas y salud, o al menos eso veo, no es que esto este mal; yo no quiero ser como ellos, yo quiero soñar cosas surrealistas e imposibles, yo no quiero estar encima de nadie: No quiero ver a nadie con caridad y tampoco quiero estar debajo, no es que sea algo indigno pero no quiero que me vean de esa manera con caridad, yo quiero compartir por amor y a cambio de sonrisas quiero que un desconocido me abrace y me de la mano, por que sin saber su nombre lo siento parte de mi, porque sin conocer su apellido lo siento mi hermano.

Es bonito escribir así, uno se siente vivo y frondoso, siente amar, amar al habitante de calle o al ñero wachiturro, amar a la puta por profesión o la niña de ‘’moral distraída’’ amar al animal y darle besitos en su hocico, pero el amor se alimenta de cierta proporción de odio, y francamente hay días en que quisiera salir y asesinarlos a todos beber y vomitar su sangre. Con todos les aclaro me refiero a esos, esos que expropiaron el amor que proclamaban como bufones, el amor a una bandera que a la final les importa un culo, con la que se atragantan cuando intentan tragarla y la terminan vomitando en las atriles por que ni ellos se comen esa falacia, los que juegan como niños, con carritos de juguete pa llevar enfermos y moribundos o con comidita y medicinas de mentiritas, los que juegan a las vacaciones permanentes. Acá abajo, abajito no podemos jugar acá ya no quedan niños, acá los condenaron a conocer precozmente la rabia nuestra hambre no es de mentiritas, acá las tripas se retuercen y sueltan bramidos acá no tenemos a nadie, sólo nos tenemos a nosotros. Estrello las paredes y me encierro entre ellas, creo mi mundo aparte en mi interior y quisiera estar allí siempre, estar cómodamente insensible ¡Pero no! Hay un mundo afuera que no permite poner el tiempo en pausa ante tus ojos, y sólo me basta caminar por unos cuantos metros de este mundo tan grande para sentirme miserable y desgraciada pero también para sentirme inmensamente agradecida y bendecida, por que entre tanta mierda que me ensimisma, porque entre tanta basura que me cohíbe me siento y libre y he logrado florecer en la adversidad, no sola, eso nunca, con la mano del que está por encima de mí y no me mira con caridad, con el que me ama, simplemente con Él y con ustedes que me alimentan día a día, con los que me dan la mano aunque no la toque, florezcamos juntos, que los que florecen en la adversidad no los marchita ni la tierra árida ni el sol ardiente.

Estos días, días como estos son cruciales, me hacen recordar que estoy viva y que amo, y que escribo por mí primeramente como ya lo escribí anteriormente, pero también encarno y escribo lo que alguien en la otra parte de este universo paralelo quiere decir y no puede, escribo para no morirme, escribo porque en algún remoto lugar alguien se sitúa soñándome, escribo porque existo y existo porque me necesitan y me llaman, me llaman los que existen, porque los necesito y los llamo.

Me espera algo mejor, un verdadero paraíso al terminar este viaje que llamamos vida, llegaré a la felicidad absoluta entre pastos delicados y flores exquisitas, pero mientras estoy por estos lares caminaré haciendo travesuras, como plantar margaritas en los pastos de cemento.

Son las cero horas con seis minutos, prometí ser sincera y espero haberlo sido, yo creo que sí.

(Disculpen las malas palabras e.e )

miércoles, 22 de enero de 2014

Déjese querer por una loca



Déjese querer por una loca, mire que le conviene, mire que somos buena gente.
Yo no creo estar loca, pero usted, mis vecinos y algunos amigos me dicen que lo estoy, no considero estarlo, pero si lo estoy ¡Qué más da! ¡Déjese querer por una loca!

Yo sé, que los locos somos impredecibles, pero eso sí téngalo por seguro, cuando un loco dice algo, ese algo es, cuando un loco dice querer; quiere como nadie, por eso le digo que se deje querer por una loca, déjese querer por ésta loca.

Yo entiendo que es complicado, querer y dejarse querer por una mujer que habla con las flores, por una mujer tan emocionalmente inverosímil, no es mi culpa, no sé qué hacer con mis emociones, ya se salen de mis manos, es que ya son casi patológicas, yo sé que es raro e inusual, pero déjese querer por esta loquita, que siempre va a pintar el mundo del color que usted desee, mire, las locas somos buena gente y tiernamente extrañas y esquizofrénicas; vea que somos creativas y podemos inventar universos fuera de este,  podemos cabalgar ponis hechos de espuma, o de trapitos, o del material y el color que usted quiera, no sé las otras locas, pero yo si puedo y si usted se deja querer por esta loca de ojitos saltones lo haré, déjese querer y quiera a esta loca, vea que es un buen negocio, mire que le conviene.

¿Qué tienen de especial las locas? O bueno, hablando por mí ¿Qué tiene de especial esta loca? Pues ya usted ha visto ciertas cosas, soy capaz de crear historias de la nada y con objetos inertes y sosos, ¿Si le he contado que aveces me creo mojarra? Una particular mojarra que le teme al agua pero igual me creo mojarra, ¿Le he contado que sospecho que las mojarras tienen románticas historias de amor bajo el agua? Quizá no duren mucho, pero de que las tienen, las tienen, y así como invento historias con mojarras, puedo inventar historias fantásticas y maravillosas con usted, y es más ¡Las puedo hacer realidad! Yo puedo componer canciones con su respirar, y puedo pintar el aire con sus miradas puedo juntar una orquesta de cucarachas para que le interpreten una sinfonía, déjese contagiar de mi locura, así ya no me va a creer loca, o pues quizá sí, pero como sea, ¡Déjese querer por esta loca!

Quiera a esa loca, mire que le daré besitos cuando este triste, besitos que lo maten, y morirá todos los días porque siempre inventaré besitos, besos nuevos, valga la redundancia, besitos nunca dados por nadie a nadie, piquitos con sabor a mandarina, guayaba, café, miel o ron, serán besitos inventados por mí, para su boca, para que lo guarde para cuando me extrañe y me sienta cerca así este lejos,  porque eso también hacemos las locas, o al menos yo, yo puedo inventar la formula precisa para hacer feliz a sus labios,

Espero la oferta le suene tentadora, déjese querer por esta loca, de piel blanca y manzanas en los cachetes, se las dejaré morder, quiera a esta loca, ¡Quiérame! Yo creo que le conviene.

Pero también quiero pedirle que safe un tornillo, vuélvase loquito, al menos un poquito, vea que estar loco es bonito, porque es extraño y diferente y en este mundo de iguales ser raro es un privilegio.

¡Déjese querer por esta loca! Déjese contagiar de locura y seamos juntos locos.

Espero su respuesta, estaré en el andén tomando tinto y hablando con el gato.