miércoles, 23 de julio de 2014

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Vamos caídos en recuperación
Vamos por los caminos de la rebelión
Miren que es justa nuestra desobediencia
Y nadie nunca detendrá nuestra resistencia

El campesino y el obrero aún resisten
Nosotros somos los sueños que desde abajo persisten
Y a los de arriba haremos caer
Porque somos el pueblo que no se deja vencer

Somos estudiantes y revolucionarios
Que continuamos la lucha año tras año
Nos asesinan porque somos la base de la sociedad
Y si me asesinan es porque soy peligrosa; me dedico a educar

Disparo con arte
Y escribo hasta con mi sangre
La poesía es mi arma, con ella me defendí
Pero si me obligan pues cojo el fusil

Su sonrisa está al asecho esperando filuda
Para devorar al proletario de la forma más cruda
Y creen que así nuestra lucha están interrumpiendo
Pero lacayos del capital, los de abajo acabaremos venciendo

Yo encarno los sueños de Jaramillo Ossa y Pardo Leal
Así que fracasaron, no los pudieron matar
Y aunque en masacres desangraron la patria
La sangre fue la levadura que levantó la masa



Aquí La esperanza siempre resucita
El amor es la certeza de la vida
~Amar es combatir~

Ni uno, ni dos, ni tres

¿Y si te doy un beso? 
Bueno, te los doy a diario
con mis ojos, mis manos y hasta con la memoria, 
pero algún día ni aguantaré abriré mis labios y lo haré con la boca. 
Tú deberías ser mi almohada, 
para descansar sobre ti y estar contigo cada día,
o simplemente deberías estar conmigo, 
así yo te llenaría de besos, 
no uno, ni os, ni diez ni doce,
si no te llenaría de besos, de muchos besos
y me convertiría en artista; Porque tu serías mi obra

Y mis labios mis pinceles nuestra saliva mis oleos y tus labios tu rostro y tu cuerpo serian el lienzo que llenaría de mil colores, serás mi obra llena de besos, no uno ni dos, ni diez ni doce, sino muchos besos tanto como la noche nos deje.

Silencio

Las lágrimas no sirven
Y las palabras se vuelven inútiles
Éstas solían ser mis armas
Pero hoy han silenciado mis fusiles

Ya no nos atormenta la abrupta monarquía
Hoy nos envenena una peor desgracia
La que desata la miseria y su porquería
La mal llamada democracia

Los niños fueron obligados a crecer
Precozmente conocieron la rabia
Su inocencia tuvieron que ceder
Fueron condenados a creer sin infancia

Y que me perdonen los artistas
Y los poetas también
Pero las rimas se me asfixian
Y prefiero clamar otra vez

Porque las palabras no me bastan
Y las lágrimas son inútiles
Solían ser mis armas
Pero hoy no sirven mis fusiles