Las
lágrimas no sirven
Y las palabras se vuelven inútiles
Éstas solían ser mis armas
Pero hoy han silenciado mis fusiles
Ya no nos atormenta la abrupta monarquía
Hoy nos envenena una peor desgracia
La que desata la miseria y su porquería
La mal llamada democracia
Los niños fueron obligados a crecer
Precozmente conocieron la rabia
Su inocencia tuvieron que ceder
Fueron condenados a creer sin infancia
Y que me perdonen los artistas
Y los poetas también
Pero las rimas se me asfixian
Y prefiero clamar otra vez
Porque las palabras no me bastan
Y las lágrimas son inútiles
Solían ser mis armas
Pero hoy no sirven mis fusiles
No hay comentarios:
Publicar un comentario